domingo, 27 de marzo de 2016

Pinitos sobre la instrucción sexual en los niños

Al lector Este es un espacio donde fluyen con entera libertad abstracciones semántica.










                                     Pinitos sobre la instrucción sexual en la niñez





      Adormilando  con nostalgia la negativa a la propuesta positiva de la ministra de educación por parte de la Corte, que se dejó tentar por los terrenos medievales, y la sensación de triunfo del concepto de monje inquisidor (sabemos de memoria su oposición radical a todos estos temas sexuales…) del procurador de no ampliar la instrucción de la Educación Sexual al preescolar y primaria; pero no hay que alarmarse por esta decisión porque la instrucción sexual de los niños en la infancia  es una obligación semántica e inherente por partes de los padres, y en la escuela se hará en otros espacios, pero no se renunciará a ella. Y pertinente a la labor de los padres,  se  puede verificar con la siguiente pregunta, que alguien podría hacer:
     « ¿Quién debe orientar acerca del sexo, los maestros o los padres?»
     «Los padres, naturalmente».
     Es tajante esta  respuesta, pero surge un problema  para que se cumpla este logro, y es  el hogar colombiano. Esto se puede explicar por la diversidad de costumbres, de extracto social, de cultura, de folclor, de regiones, y por lo tanto se alimentan  muchos criterios  sobre el sexo, todavía encajonado en una modelo  tradicional. Se puede tomar un paradigma sencillo:
     Niños a quienes sus padres los tildaron que se volverían locos si se masturbaban, y ellos hacían esfuerzos heroicos por volverse locos
    Aquí, en este pasaje, los padres no sólo castigan verbalmente sino físicamente con mayor rigor porque es una falta contra la moral del sexo. Y el niño aprende en esta edad precoz de su vida que el pecado sexual es el gran pecado, pero a pesar de este ambiente violento, y a partir de allí es el tabú el que fija su interés que buscara otras alternativas curiosas para conocer aún más sus inquietudes sobre el sexo…
     En cambio, en otro escenario familiar, el  niño de cinco o seis años hace preguntas a su padre sobre el sexo y estos responden con la verdad y sin retraimientos, y así la ilustración sexual se convertirá en una parte importante de la chiquillada natural. Si hay que anotar, que “la única dificultad de darle al niño libre todos los conocimientos el sexo que él pide, está en saber cómo hacer claras las cosas”. Hay cosas que no están en la mano del niño, pero no hay que usar la vía del disimulo o tomar la callejuela, hay que decirle sin emociones que la respuesta es muy compleja para que pueda entenderla a su edad. Con el avanzar de los días, él decodificará sus interrogantes con sus padres, y en otros espacios de su crecimiento epistemológico.
     Y en el pasaje sobre  la masturbación, si el niño es un masturbador, la curación, en cierta forma, consiste en decirle sí a  aquella costumbre, porque entonces el niño no tiene ningún impulso morboso en practicarla, además son los primeros pinitos para una relación sexual en el noviazgo o matrimonio cuyos preámbulos son  las caricias... Sería excelente compartir o fortalecer esta temática con otras alternativas pedagógicas. Que tal ponerles un CD o video denominado Pateando Tachos, donde el cantante autor Facundo Cabral, hace disertaciones jocosa pero muy significativa sobre este tema y el sexo en general. He aquí un pintica: “La masturbación es  barata, pues no hay que pagar taxi, motel, no hay que comprar condón y menos pagarle a la acompáñate, y algo importante, estamos libres de enfermedades venéreas...”  Otra ayuda didáctica sería leer un cuentico memorable del escritor cubano Guillermo Cabrera infante, titulado  Amor Propio… que está incluido en su libro La Habana  para un infante.
     Quiero agregar otro paradigma como la lectura de libros obscenos, a los chicos “hay que facilitarles todos los libros pornográficos, no escondérselos, echarlos a la cesta o quemarlos, entonces la niña o el niño vivirá plenamente su interés, pues buscan la verdad sobre el sexo que usted nunca les dijo; los dibujos obscenos hay que estimularlos, desde luego; pero hay que limpiar su casa porque cualquier obscenidad en el hogar tiene que proceder de usted. La obscenidad no es natural en un niño de cinco o seis años…” Y en esta misma línea se deben tratar los demás ingredientes sobre el sexo, y así  se obtendrá una orientación exitosa…
     Las prohibiciones, los miedos, el castigo que han formado la vida sexual en los niños por parte de padres represivos, y que aún sobreviven en menor proporción, son las mismas prohibiciones y miedos que producen depravados que violan  y estrangulan niñas y niños en los parques, en los matorrales y en los rincones del  mismo seno familiar. Tristemente no podemos echar al costal del olvido tipos como  “el monstruo de los Mangones”  o un caso  recién,  “el monstruo  de Monserrate”; de ahí que la instrucción sexual no debe quedarse solamente en los padres, sin quitarles que son el núcleo para dicha instrucción, y en caso de su ignorancia o arraigados en los parámetros de una  instrucción tradicional sexual, y como imposición a sus hijos en pleno siglo veintiuno, se deben incluir en programas especiales como Escuelas Para Padres, y que esta figura no sea meramente un  relleno en el estamento educativo; además en estas secuencias pedagógicas o microcentros o macrocentros (mejor) porque son cosas que se deben   dialogar con profundización, tienen que  estar presentes los niños, y sus diálogos deben  transcurrir  abiertamente, respetuosos de las ideas y opiniones, y que se promueva tanto el conocimiento intelectual y la transmisión de la información científica, es decir, la instrucción sexual debe ser integral, pues padres y escuela son actantes que van unidos de la mano, y así el niño y la niña, educados en este contexto de conocimiento y libertad, serán seres morales y felices en el devenir de sus existencias.

Jesagur


    


    
    


    


    


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